Todo empezó un bonito día de Abril del pasado año (2010).
Era un día en el que nos reunimos unos amigos para pintar, pasar buenos momentos con buena compañía delante de un muro echándole horas, pintura, y muchas risas.
Mientras transcurría todo con normalidad un compañero sacó de su vehículo un balón, con el cual empezamos a hacer el tonto como niños.
Pegando balonazos a la pared, de repente saltó uno de nosotros:
- ¡Eh, esto tenemos que probarlo, pero con pintura!
Esa fue una de las muchas ideas que se comentan y, después de ser estudiadas mínimamente, se arrinconan en algún cajón de nuestra mente, ese cajón que se abre constantemente para producir y crear, aunque muchas ideas se quedan en hojas reposando durante mucho tiempo con las ganas de ser llevadas a cabo un día u otro.
Paralelamente a aquello, hablábamos del proyecto “Next2”, con el que queríamos dar un enfoque algo más personal del mundo de la creación, de las artes plásticas y el diseño. Aunque todo fueran ganas, no habíamos dado todo lo necesario para empezar a tirar adelante por temas personales tales cómo tiempo libre y medios. Aún así, no teníamos prisa, sabíamos que lo íbamos a hacer.
Pintando y creando individualmente pero con ideas en común y nutriendo nuestro conocimiento el uno del otro, llegamos a principios del 2011.
Cuando vimos por separado lo que Burn tenía en mente nos pareció magnífico, por lo cual llegamos a la conclusión de que teníamos que hacer algo de las muchas ideas que estaban en nuestro cajón, llevar alguna a cabo como fuera para poder mostrar algo realmente diferente. El material audiovisual es realmente efectivo hoy en día y Burn nos ofrecía la posibilidad de promover nuestro trabajo mediante vídeos muy profesionales y con una plataforma de difusión detrás apoyando la inciativa, algo realmente interesante.
Tuvimos la idea de hacer la intervención a balonazos, aleccionándola con la campaña de Burn para llamar más su atención, representando un símbolo de la creatividad, con el título de "Firing Ideas".
Con ganas, un presupuesto muy limitado y con iniciativa, empezamos a buscar medios para poder realizar la acción.
Aprovechamos un proyecto escolar de audiovisuales de uno de nosotros para hacernos con una cámara, pero gravar entre balonazos y pintura no es tarea fácil.
Aún teniendo un pequeño storyboard de los diversos planos de nuestra intervención y toda la idea en mente, faltaba un cámara que pudiera y quisiera gravar la acción.
Hablamos con Dani Fernández, un amigo estudiante de realización y producción que se interesó por el proyecto y se prestó encantado para llevarlo a cabo y ayudarnos con nuestra iniciativa.
Finalmente, faltaba lo último -y no por ello menos importante-: buscar un contexto
adecuado para realizar la acción. Lo más complicado de esta parte era que nosotros teníamos en mente hacerlo en un lugar muy limpio, para dar más potencia y contraste a la intervención, que lo llenaría todo de color a medida que fuéramos creando la obra.
Tuvimos suerte de encontrar el sitio perfecto. En una fabrica abandonada vimos que uno de los lavabos se podía limpiar a fondo para que quedara lo suficientemente aceptable para poder pintar.
Preparamos el escenario, limpiando y pintando toda la habitación hasta dejar un blanco considerable.
Con todas las premisas resueltas y con la incertez de no saber que pasaría y cómo saldría, fuimos concretando los puntos básicos finales: material, ropa etc.
Resuelto todo esto, nos lanzamos con ganas a conseguir un resultado un poco difícil de prever con estos medios; pero las cosas difíciles se quedan en ideas intangibles si no se llevan a cabo. De los errores se aprende, así que vale la pena intentarlo. En este caso, afortunadamente, el resultado no fue ningún desastre.
Espero que disfrutéis del vídeo tanto cómo nosotros lo hicimos realizándolo.